En su obra encontramos que la naturaleza es el principal motivo de sus paisajes. En su trabajo aparece la representación del equilibrio y desequilibrio de los elementos naturales que provocan un contraste sugerente. Hay piedras, lluvia, montañas, fuego, que son por un momento detenidos por la observación y que expresan un movimiento constante. La delicadeza de la línea se opone a la rudeza de las tormentas o piedras que caen.

Hay en ella un gusto por crear estas escenas desafiantes, casi imposibles, que de manera sobria reflejan la quietud de las texturas y las formas.

Su obra ha aparecido en algunas exposiciones colectivas.