En sus múltiples viajes y estancias en México, concretamente en la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco, Leyre trabajó con varios artistas de renombre como Roberto Pulido y Manuel Ramírez, viviendo de cerca los procesos de Enrique Oroz y Benito Zamora, y desarrolló su lenguaje gráfico en el taller de grabado de Humberto Baca y serigrafía en el taller de Ediciones Axolotl.
Sus incursiones en la gráfica, también ha colaborado con el artista madrileño Jorge Isla, han hecho que la obra de Leyre Montes haya ido tomando cuerpo de un modo sólido y reconocible. El trabajo de esta artista nos habla, en definitiva, de lo etéreo y volátil de estar vivo, de la fragilidad de los estados anímicos. Sus obras se convierten en delicadas instantáneas del alma, y atisbamos como a través de una ventana abierta, aspectos de la personalidad de esta artista polifacética. (Fragmento de texto de Rubén Bonet). |
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